Es bastante fácil, se busca una foto y usamos el sistema de capas de Gimp para dibujar calcando. Evidentemente, hay que seleccionar una buena foto.
¿Os gusta esta? A mí sí. Voy a hacer la demostración con una foto de una guapa madrileña con nombre vasco, Edurne, (que significa nieve, blancura o pureza, y que canta de fábula).
Ya hemos explicado el manejo de capas en anteriores artículos dedicados a Gimp, por ello no nos detendremos mucho en los mismos temas ya tratados. Nos basta con ir al diálogo de capas, duplicar la capa, y dejamos en blanco la que queda de fondo.
Para ello activamos la capa que deseamos dejar en blanco y le damos a editar -> limpiar, que rellenará toda la capa activa con el color de fondo seleccionado que por defecto es blanco.
Luego damos a crear una capa nueva para incorporar una nueva capa esta vez vacía que situaremos arriba del todo. Aparecerá con la clásica cuadrícula que indica que está transparente, pero si la activamos podemos pintar en ella y eso será lo que haremos.
La capa de en medio la dejamos con la foto, pero reduciremos la opacidad para que gracias al fondo blanco se muestre más atenuada. Siempre que usemos el lápiz deberemos asegurarnos que trabajaremos en la última capa y que esta está activa.
Usaremos un lápiz con grosor adecuado y yo recomiendo no variarlo, ni usar otras muchas herramientas disponibles, para crear un estilo de dibujo en blanco y negro que resultará muy adecuado para las ilustraciones de páginas interiores de un libro.
Los dibujos deben sugerir más que describir con detalle. No queremos una foto. No queremos realismo.
El dibujo se hizo calcando a mano alzada con el uso del ratón. Requiere un mínimo de habilidad manual, y las nociones de dibujo también serán de utilidad, pero podemos obtener un resultado más que aceptable si lo que buscamos es una ilustración sencillita, por ejemplo para encabezar cada uno de los capítulos.
Yo es algo que no he hecho, pero no descarto hacerlo más adelante.
Habrá que usar la lupa sobre todo en las partes que son más críticas.
En un retrato los ojos y la boca sin duda merecen especial cuidado. Las zonas de sombra se pueden simular poniendo más trazos que oscurezcan la parte oscura, pero debemos huir de la tentación de dibujar trazos en lugares donde la foto muestre degradados o gradientes. Por ejemplo, si intentamos dibujar la nariz completa parecerá que es un narizón. Hay que confiar en poner solo los trazos justos y que la imaginación del observador hará el resto.
En el caso que deseemos pintar sombras difusas o degradados podríamos usar algunas herramientas como el aerógrafo o el difuminador, y también podríamos intentar poner color para buscar mayor realismo, pero esto sería un tipo de dibujo totalmente distinto del que me interesa proponer ahora.
Siendo una foto de Edurne estaría bien que el dibujo se pareciera más al original, pero ese no era el objetivo. Yo soy de la opinión que este tipo de ilustraciones, realizada con unos cuantos trazos, permite captar rápidamente una idea y de esa forma continuar con la lectura sin interferir más de lo necesario en la parte de descripción visual del propio relato.
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