Aprovecharé esta foto para explicar los detalles técnicos que hay detrás de la misma para ayudar a crear afición a la macrofotografía y poco a poco iremos comentando alguna cosilla más.
La macrofotografía tiene bastante dificultad. Nos permite ver el mundo de una forma nueva, y tiene su dificultad, por ello ha terminado interesándome.
Acercarse tanto a un saltamontes sin que salte es complicado. La mayoría de los bichitos son bastante esquivos y no les interesa ser retratados. Paciencia, y hacer muchos intentos, no hay otra receta posible.
Esta foto se hizo con la Canon EOS 5D Mark II, usando el objetivo EF 100mm f/2.8 de canon y un conjunto de lentes de aproximación que en total sumaban 5 dioptrías. Usé un tiempo de exposición de 1/200, y el diafragma a f/32.
El motivo de cerrar tanto el diafragma es aumentar al máximo la profundidad de campo que se convierte fácilmente en un valor crítico para obtener una foto interesante. En estas condiciones tan exigentes, la luz natural era insuficiente, y resultó imprescindible el apoyo de un flash con difusor, pese a que era un día totalmente soleado.
En estas condiciones, la supuestamente intensa luz solar debe usarse como si fuera una débil luz de relleno para eliminar la dureza de las sombras. En otras palabras la iluminación del flash y de la luz natural deben provenir de direcciones bastante diferentes. En esta foto la luz del flash viene por nuestra izquierda y la luz natural más suave desde nuestra derecha.
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