A pesar de usar flash auxiliar y un diafragma mínimo, sólo una de las cinco fotos que disparé salió con los pelitos de las patas perfectamente enfocados.
El punto de vista ventral nos permite apreciar muchos detalles anatómicos de este diminuto artrópodo. Aparece boca abajo. En la cabeza distinguimos los dos quelíceros que sirven para inyectar el veneno a sus presas. En la parte posterior vemos la glándula que segrega el hilo proteico de seda que usan para tejer sus trampas, y para tejer nidos.
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