Ayer estrené mi teleobjetivo (un 150 500 mm de SIGMA). Me encontraba dentro del coche paseando por una pista de arena y barro en una de las sierras del Alto Tajo en el término municipal de Checa (Guadalajara).
Acababa de ponerse el sol que es cuando puede verse a muchos animales bajando a zonas más bajas a pastar cuando nos encontramos con cinco ciervas. Tuve que disparar desde el mismo coche. Suerte que llevaba la cámara preparada.
En ninguna foto salen las cinco ciervas porque estaban algo dispersas. La escasa luz y lo imprevisto del encuentro, hicieron que las fotos no quedaran muy nítidas. Esa era una oportunidad que había que aprovechar lo mejor posible.
Además, el aspecto de las ciervas quedó un pelín deslucido porque estaban cambiando el pelaje de invierno y eso no permite mostrarlas en todo su esplendor.
No era cuestión de pedirlas que vinieran arregladas un día con mejor luz y que se quedaran quietas. Lo que ves es lo que hay.
En cuestión de segundos salieron todas corriendo y eso hace que solo pueda mostrar una foto más que merezca la pena de aquel fugaz encuentro.
¡Adios guapas!